Nombre del proyecto: Decoración hall y baños Cine Jayan
Situación/Localización Jávea (Alicante)
Fecha de proyecto: 2017
Decoradoras: Elena Roig y Jacqueline Cujo
El proyecto:
Las ideas iniciales de los clientes fueron clave para desarrollar el proyecto. Por una parte, había que tener en cuenta la decoración de Wes Anderson en su película Gran Hotel Budapest. Por otra parte, no había que olvidar la relación del cine con su ubicación geográfica: el puerto de Jávea, o más concretamente, el mar.
En principio, ambas ideas no tenían que ver la una con la otra. Gran Hotel Budapest es un cine de decorados clásicos, que evocan la Viena de 1900, con simetrías muy claras y con una paleta de colores que trabaja principalmente con los tonos melocotón, los dorados y los verdes oliva. El mar, sin embargo, está impregnado de una luz constante y brillante, de un amarillo deslumbrante, del azul infinito donde se pierden cielo y mar y de un blanco resplandeciente. El maridaje entre ambas ideas se presentaba complejo, aunque poco a poco se fue gestando una unión altamente interesante.
Los cambios en la distribución del hall son mínimos. En el exterior es cierto que se prolongan los escalones existentes y se retranquea un poco la entrada del cine para poder colocar la ventanilla en el exterior, justo en el hueco que el porche de entrada tenía a la derecha. Pero en el interior la zona de bar y el acceso a la sala no cambian.
En cuanto a la decoración, la entrada cambia su look por completo. Desde la fachada hasta la puerta de acceso, todo se reviste con un aplacado a base de planchas de aluminio de color rosa melocotón, un tono que ya encontramos en la piedra marmórea de la fachada actual del edificio. Con esto lo que se quiere es resaltar la entrada del cine sin romper con el resto de la fachada. La colocación de carteleras a ambos lados busca esa simetría tan recurrente en Anderson y la colocación sobre el voladizo existente de un gran panel luminoso a base de tipografía de trazado clásico ayudan a enmarcar y resaltar el conjunto de la nueva entrada del cine.
En el interior, el hall te transporta a través de Anderson y el mar al encuentro de un viaje inesperado. Para empezar, el suelo. A base de mármol rosa, mármol crema y gresite dorado, se juega con un ritmo de líneas de tres espesores diferentes que evoca el movimiento del mar, la quietud de las olas cuando el mar está en calma. El gresite dorado está inspirado en los destellos del sol sobre el mar. Ese mar de tonos cálidos nos lleva, a través de un viaje en barco a la sala de proyección. Y decimos un viaje en barco porque el resto del decorado se balancea entre Anderson y el mar. La línea de butacas que encontramos a la derecha bien las podemos encontrar en algunos yates. En ellas nos sentamos frente al bar del cine a esperar a los amigos, a saborear un helado o a picar alguna que otra palomita antes de que la película empiece. Esta línea de butacas forma un zócalo desde el cual se organiza el resto de la pared. Diseñada con elementos muy sencillos (espejos, apliques de líneas clásicas y pantallas led o cuadros), se consigue un ritmo siguiendo el estilo Gran Hotel Budapest. Frente a las butacas, y en la zona izquierda del hall, encontramos la zona de bar. Su barra forrada en piel está inspirada en las maletas que Prada diseñó para la película de Anderson. La zona trasera del bar, también inspirada en este film, consta de un mueble bar realizado en madera natural y cuyo fondo se forra con espejo. Las luminarias propuestas para la zona de la barra son simples, pero su línea moderna y su color dorado le dan al conjunto con toque sutil a la vez que elegante y sencillo.
Para terminar con el hall, tenemos la pared del fondo, donde se sitúa la puerta de acceso a la sala. Toda esta pared va pintada en color champagne. La puerta de acceso a la sala se retoca completamente según la imagen propuesta, dándole además un tono marrón tabaco, siguiendo también un estilo Viena 1900.
En cuanto a la escalera de acceso a los baños, la barandilla se proyecta con media altura maciza y la otra media mediante una barandilla muy sencilla en madera de castaño. Los escalones seguirán con los mismos materiales que el suelo: mármoles rosa y crema para huella y contrahuella con un ribete en la huella en gresite dorado. En el rellano central se juega con una composición de pared pintada a grandes bandas en rojo melocotón y blanco roto, sobre la que colocará un juego de espejos. Desde el techo, y aprovechando su altura, se colgará un conjunto de lámparas estilo Viena 1900.
Para los baños, la zona de chicas va toda en tonos champagne y dorado, con puertas con grandes espejos incrustados y sanitarios de línea muy clásica. Los baños de chicos, por el contrario, son más solemnes, con un alicatado en suelo y paredes en azul, con sanitarios de líneas más rectas, sencillas y modernas.